Hongos. Prurito vulvar
Dr. Alejandro M. Salvó para Ginecosalud
El síntoma característico es el prurito y/o ardor que puede ser desde leve a intenso. Es común que se acompañe con flujo vaginal blanco, con aspecto de leche cortada. Los signos locales son la inflamación de la vulva con enrojecimiento e incluso hinchazón de la zona. Pueden producirse fisuras las cuales producen dolor al contacto con el agua o la orina.
Los hongos o micosis son una patología muy frecuente en mujeres de todas las edades y son infecciones oportunistas. Esto significa, que para poder infectarse con hongos, deben darse ciertas condiciones en el huésped (paciente) que deterioren al menos transitoriamente su estado inmunológico o del ecosistema local. Este quebrantamiento puede darse por causas generales o locales.
La vagina y la vulva son órganos que normalmente se encuentran colonizados por bacterias y hongos de manera similar a lo que ocurre con las otras cavidades del cuerpo. Los microorganismos involucrados en esta convivencia, se encuentran en un equilibrio ecológico sensiblemente inestable. Los hongos vaginales, especialmente la Cándida Albicans se encuentra colonizando la vagina de casi un 50% de la población. El intestino es un reservorio natural de la Cándida y la colonización del ano a la vagina es frecuente. Cualquier factor local o sistémico que rompa el equibrio ecológico podrá determinar que la balanza se incline hacia un mayor desarrollo de la flora micótica local o infectante.
La transmisión sexual es también una vía de contaminación y de infección. Aumenta el riesgo las relaciones ano-genitales.
Los factores que pueden producir estos cambios a nivel general son por ejemplo el estado premenstrual (muchas mujeres refieren prurito vulvar en forma habitual antes de menstruar) el embarazo o algunas enfermedades como la diabetes, problemas oncológicos y el SIDA. El tratamiento de otras patologías con corticoides o drogas inmunosupresoras también alteran el ecosistema local. El uso de antibióticos para tratar infecciones respiratorias, urinarias, dentales o de otras localizaciones es motivo suficiente para alterar la flora vaginal y hacer que los hongos proliferen generando las típicas molestias. El estado premenstrual, los cambios climáticos, el cambio de hábitos higiénicos, el uso de ropa interior de materiales sintéticos o ropa muy ajustada también son factores predisponentes. Los espermicidas utilizados en los preservativos pueden alterar el medio vaginal facilitando la proliferación micótica.
Para el tratamiento se utilizan cremas y óvulos vaginales en base a dos agentes antimicóticos, la Nistatina y los derivados Imidazólicos ( Miconazol, Clotrimazol, Econazol, etc). Los medicamentos de uso general son menos usados en estas patologías pero el más efectivo y común es el Fluconazol, que se usa en dosis única de 150 mg.