Pólipo. Pólipos
Dr. Alejandro M. Salvo para GinecoSalud
Los pólipos son formaciones generalmente benignas que se caracterizan por desarrollarse en las superficies mucosas. Tienen aspecto digitiforme y pueden ser más o menos pediculados. En general la forma de un pólipo es la de una lesión que se eleva en la superficie siendo más alta que ancha. En ginecología la mayor frecuencia de pólipos se encuentran en el cuello uterino (cervicales) y en el endometrio (endometriales). Los pólipos cervicales se ven a simple vista con la colocación del espéculo, en el examen ginecológico o a través de la colposcopia. En el endometrio se los descubre gracias a la ecografía ginecológica transvaginal, que muestra un engrosamiento del endometrio compatible con un pólipo. Algunos pólipos endometriales pueden salir a través del cuello uterino y hacerse visible como los cervicales.
Los pólipos pueden ser asintomáticos y descubrirse con los exámenes de rutina. Otras veces provocan sangrados anormales o sangrado durante las relaciones sexuales (sinusorragia).
El tratamiento es siempre su extirpación. Por lo general es sencilla en los pólipos cervicales, y suele hacerse en el consultorio. Es una práctica totalmente indolora. Cuando los pólipos cervicales ofrecen alguna dificultad técnica para su extracción, esta debe hacerse, por razones de seguridad, en quirófano y muchas veces bajo anestesia general.
Los pólipos endometriales se extirpan siempre en quirófano con anestesia general. Se utiliza un procedimiento que se llama Histeroscopía. Mediante la histeróscopia se realiza la correcta observación y la extirpación completa de los pólipos endometriales. El procedimiento no suele durar más de 30 minutos y se realiza en forma ambulatoria. Las pacientes regresan a sus hogares dos horas después de finalizada la histeroscopía, pudiendo al día siguiente continuar con sus actividades cotidianas.