Enfermedad Coronaria en las Mujeres.
Dr. Héctor C. Cappelletti para GinecoSalud
Médico Cardiólogo
Jefe del servicio de Cardiología del Htal. de Berisso Mario V. Larrain
Aproximadamente un tercio de todas las muertes que se producen entre las mujeres se atribuyen a la enfermedad coronaria (EC), siendo la causa más frecuente de muerte entre éstas, al igual que en los hombres. La proporción aumente a la mitad de todas las muertes si se incluyen todas las formas de enfermedad cardiovascular, y la EC va adquiriendo cada vez más relevancia a medida que se alcanza la longevidad y la población envejece. Sin embargo, en comparación con el drástico descenso de la mortalidad cardiovascular alcanzado en los hombres en los últimos 20 años, se han producido pocas mejoras en las mujeres.
FACTORES DE RIESGO DE LA EC EN LAS MUJERES Y SU MODIFICACIÓN
Quizá el factor de riesgo más importante de la EC en las mujeres sea el error de pensar que la arteriopatía coronaria no es una enfermedad de mujeres, que es, de alguna manera, más benigna o menos importante que en los hombres. Este error, compartido tanto por el paciente como por el personal sanitario, se está corrigiendo de manera gradual, pero todavía influye de manera importante en todos los aspectos de la prevención del diagnóstico y del tratamiento. Si se piensa que la EC no supone un riesgo alto, es poco probable que los pacientes realicen los cambios de su estilo de vida más difíciles para evitarla o que busquen asistencia médica urgente cuando aparezcan los síntomas. Esta infravaloración del riesgo se extiende a los descendientes de las mujeres con EC, quienes, a pesar de una cantidad significativa de factores de riesgo modificables, perciben el riesgo de EC como menor. Para reducir la mortalidad por EC en las mujeres es muy importante que los pacientes, los médicos y la población en general reconozcan la importancia de la EC y de su prevención y tratamiento.
Los factores asociados con un alto riesgo cardíaco en los hombres, como la edad, los antecedentes familiares, el tabaco, la hipertensión, las lipoproteínas y la diabetes mellitus, también se asocian con un aumento del riesgo cardíaco en las mujeres. Además, los factores adicionales como el estado hormonal son pronosticadores igualmente fiables de EC en las mujeres.
LÍPIDOS
Por lo general, las estrategias recomendadas de modificación de la dieta y de fármacos que reducen la concentración de colesterol son similares en los hombres y las mujeres, y se debe utilizar de forma intensiva. Las recomendaciones actuales para el inicio del tratamiento y los objetivos terapéuticos son similares en los hombres y las mujeres, y se basan en los niveles de HDL (High Density Lipoprotein, conocido vulgarmente como “colesterol bueno”).
DIABETES
La diabetes es un factor de riesgo para la presencia y la gravedad enfermedad coronaria tanto en hombres como en mujeres, pero conlleva un mayor riesgo para las mujeres eliminando completamente la “ventaja femenina”.
HIPERTENSIÓN
La prevalencia de la hipertensión aumenta en gran medida con la edad, de manera que un 80% de las mujeres mayores de 75 años son hipertensas. El tratamiento antihipertensivo reduce tanto la mortalidad total como la mortalidad cardíaca al igual que la incidencia del accidente cerebrovascular.
TABAQUISMO
El tabaquismo constituye un factor de riesgo importante de enfermedad coronaria tanto en los hombres como en las mujeres, aunque las tasas de tabaquismo están disminuyendo, actualmente están aumentando entre las mujeres jóvenes. El riesgo está presente aun cuando la exposición sea mínima (menos de 5 cigarrillos por día) y no mejora con el consumo de cigarrillos bajos en nicotina. El riesgo de tabaquismo aumenta con el uso de anticonceptivos orales, sobre todo en las mujeres mayores de 35 años. Parece ser que dejar de fumar elimina de forma gradual el riesgo excesivo en las mujeres.
EJERCICIO
Una vida sedentaria está asociada a EC tanto en los hombres como en las mujeres, aunque los datos relativos a las mujeres son escasos. El aumento de la actividad física se ha asociado con una reducción de los riesgo relativos de EC y de accidente cerebrovascular independiente de otros factores de riesgo vascular.
HORMONAS: RIESGOS Y BENEFICIOS DE LOS ESTRÓGENOS
Los ovarios producen estrógenos y andrógenos hasta la menopausia, momento en que la producción disminuye en forma gradual por varios años, aunque no cesa totalmente. La menopausia o la privación de estrógenos se asocian con una potenciación de los factores de riesgo cardiovascular, entre los que se encuentran un aumento del colesterol LDL (Low Density Lipoprotein conocido vulgarmente como “colesterol malo”).
ANTICONCEPTIVOS ORALES
Los anticonceptivos orales actúales en dosis bajas suelen contener un estrógeno sintético, como el etinilestradiol, y un progestágeno sintético. Estos anticonceptivos suponen un riesgo cardiovascular insignificante para las mujeres. El riesgo de trombosis arterial y venosa es bajo, pero aumenta con la edad y, sobre todo, con el tabaquismo. El riesgo de infarto de miocardio no aumenta con los anticonceptivos orales a menos que la paciente sea mayor de 35 años y/o sea fumadora.
ESTROGENOS Y MODIFICACION DE FACTORES DE RIESGO CARDIACOS
Las observaciones de EC en las mujeres premenopáusicas, llevaron a la hipótesis de que el estrógeno es protector. Las mujeres premenopáusicas los estrógenos exógenos provocan un aumento de HDL y una reducción del LDL. El estrógeno reduce la incorporación de colesterol en la pared de los vasos y potencia la vasodilatación (apertura) coronaria.
CANCER DE MAMA
El estrógeno puede aumentar el riesgo cáncer de mama. Las mujeres con EC definida o con factores de riesgo y sin antecedentes familiares de cáncer de mama siguen siendo candidatas apropiadas para el tratamiento con estrógenos.
CONCLUSIONES
Aunque el diagnostico y el tratamiento terapéutico de la EC están basadas en principios comunes a hombres y mujeres, existen diferencias en cuanto a los factores de riesgo, las influencias hormonales, la presentación clínica, la evaluación diagnostica, el tratamiento y los resultados de la intervención de la arteriopatía coronaria. En especial las hormonas y el tratamiento sustitutivo hormonal, esenciales en la atención a las mujeres, siguen siendo problema sin resolver.